Cuando la nueva campaña de la NBA está al abrir las puertas, a casi nadie le quedan dudas de que el imán mediático de la pretemporada se lo robó la llegada de LeBron James a Lakers de Los Ángeles.
El Rey dejó boquiabiertos a muchos y decidió meterse en la mismísima boca del lobo para intentar conseguir ese otro anillo que llevaba dos años consecutivos perdiendo en Cleveland.
Mas, el proyecto que le propuso el protagonista de aquel Showtime de los ’80 y actual presidente de operaciones de la franquicia, Magic Johnson, seducía más por sus influjos comerciales que por las cuestiones deportivas.
La idea hizo frotarse las manos a más de un aficionado que vivió años dorados hace tres décadas cuando Magic lideró a esa banda que contaba además con Kareem Abdul-Jabbar, Jamaal Wilkes, Bob McAdoo y James Worthy.
Ahora, el nuevo número 23 de los de púrpura y oro reclutó a talentosos jugadores para intentar devolver la alegría a las gradas del Staples Center.
Así, el base Rajon Rondo, el escolta Lance Stephenson y el pívot JaVale Mcgee, se unieron a jóvenes promesas como Lonzo Ball y Kyle Kuzma para ese propósito.
No obstante, será harto difícil que logren descarrilar a la maquinaria de Warriors de Golden State, ahora sus vecinos de división. Como decía… la mismísima boca del lobo.
Los actuales campeones y ya considerados una de las grandes dinastías de la historia llegan al ciclo 2018-2019 nuevamente con la etiqueta de favoritos.
Nada parece cambiar en Oakland salvo el arribo de otro guerrero de lujo, DeMarcus Cousins, quien será todo un titán en la pintura cuando se recupere de la lesión que lo hará perderse el arranque de la campaña.
Si un rival tienen los dirigidos por Steve Kerr es la apatía y el aburrimiento que puede provocar sentirse tan superiores en ocasiones, un detalle que ya les hizo sudar más de la cuenta en el calendario anterior.
De corregirlo, esta será una perfecta oportunidad para que Curry, Durant, Green y compañía sumen el cuarto anillo en el último quinquenio.
Pero en Texas hay dos escuadras que miran con recelo la gloria acaparada por Golden State.
Rockets de Houston y Spurs de San Antonio han devenido guardaespaldas del éxito californiano en los últimos años y esperan de un momento a otro dar el golpe que termine con esa hegemonía.
Rockets buscan superar su brillante actuación en la clasificatoria pasada y para ese propósito reforzó su nómina con un veterano de altos quilates como Carmelo Anthony.
Melo, ya en la recta final de su carrera, sigue siendo un temible pistolero que, sin embargo, ahora deberá esperar por su turno con el balón por detrás de James Harden y Chris Paul.
En la ciudad de El Alámo, por su parte, este verano se vivió más revuelo del que se está acostumbrado por esos lares.
Además del anuncio del retiro del argentino Manu Ginóbili, el canje de Kawhi Leonard por el ex Toronto Raptors, Demar Derozan, dejó con sabor agridulce a una gran parte de la fanaticada.
Mas, todos confían en la magia del mítico timonel Greg Popovich para seguir con la tradición de clasificarse a la postemporada por más dos décadas seguidas, aunque ahora será más complicado tras un verano que le dio el adiós definitivo a aquel mítico «Big Three» conformado por Tim Duncan, Tony Parker y Ginóbili.
Lo que sí se puede garantizar en el Salvaje Oeste es el regreso de los Lakers al espectáculo de los playoffs, porque tener al mejor jugador del planeta en sus filas es un plus indiscutible.
El principal atributo de esa superestrella de apellido James es la mentalidad ganadora, la cual lo impulsó a siete finales al hilo y, además, a ser comparado con Michael Jordan, el mejor jugador de la historia.
Aunque no logre ganar el campeonato, el solo hecho de alcanzar la final será ya un mérito indiscutible para el máximo exponente del baloncesto mundial en la última década.
HORIZONTE CON MATICES VERDES
Del otro lado de la geografía estadounidense todo parece indicar que el nuevo dueño de la Conferencia Este será Boston Celtics.
El cuadro más ganador de todos los tiempos en la NBA (17) tiene todas las papeletas para disputar nuevamente el cetro luego de 10 años de ausencia.
En primer lugar, se quitaron del medio a LeBron, quien fue el encargado de neutralizarlos en las dos pasadas finales de circuito, en unas series épicas que los fanáticos del deporte ráfaga no olivarán fácilmente.
Además, comienzan su andar con sus dos estrellas a tope, Kyrie Irving y Gordon Hayward, por lo cual los pronósticos de la mayoría de expertos coinciden en que arrasarán el Este.
Como principales retadores aparecen los propios Raptors, aunque son toda una incógnita con su nuevo entrenador y la llegada de Leonard, a quien no se le cuestiona su estatus de estelar pero habrá que ver como lo tratan las lesiones.
De igual forma, dará gusto ver al «The Process» Joel Embiid y el habilidoso Ben Simmons en los renacidos Sixers de Philadelphia.
Miami Heat también deberá dar guerra, y más ahora con la motivación de la última campaña de Dwyane Wade, un fenomenal atleta que ostenta tres joyas de campeón en su haber.
Estas escuadras se vislumbran como las candidatas de una conferencia que se verá opacada, toda vez que las principales estrellas de la Liga militan en elencos del otro lado del país.
No obstante, el desenlace de esta novela todavía dista bastante de ser predecible.
La fiesta apenas comienza el martes 16 y ya habrá tiempo para degustar por partes ese banquete que tiene como plato principal un tabloncillo, dos aros y una pelota naranja.